sábado, 15 de octubre de 2011

#8. Your words reach me like a ton of cut wires





[Mukuro Rokudo (TYL) x Tsunayoshi Sawada (TYL)-----> Katekyo Hitman Reborn!]


Y ahora no entiendo por qué me miras de esa manera, por qué tus palabras me saben a otra cosa. ¿Qué te ocurre en la mente, qué te hace pensar de manera tan enrevesada? Qué egoísta, por dios. Hablas, hablas, hablas. Vomitas palabras sin pensar apenas. Es rápido, inmediato, lo sueltas. No piensas en lo afiladas que son las letras que forman tus palabras, no te das cuenta de que me clavan puñales. Y me atraviesan el pecho, las manos, la cabeza, recordando nuestros momentos que ahora vuelan como aves libres de su jaula.

¿Adónde va todo eso? ¿Acaso hay algo que recoge tus pedazos? Los pedazos de lo que una vez fuiste son como los pedazos de un jarrón de porcelana que se rompe en mil piezas. Por mucho que las juntes y trabajes en dejarlo perfecto, las grietas siempre van a acabar viéndose. Y me tienes en un dilema, no sé si tirar tu jarrón o guardarlo.

Pero qué gracia. Te crees que después de herirme puedes hablarme como si nada. Como si fuese un muñeco, u otro jarrón de porcelana. Y ríes, ríes, ríes. Tu risa te impide mirar mi cara. Seria, monótona, decepcionada.
Cuando me miras, sé que lo notas. Y crees que es mi problema, tú siempre con tus suposiciones.
Si algún día te pararas a preguntar, otro gallo nos cantaría.

Si me ves reír con otras personas, atacas. ¿Qué es esto? ¿Solo te interesa ser agradable conmigo a ratos? ¿Me enamoré acaso de un ser tan egoísta?

No.

Me enamoré de lo que una vez fuiste. Tus fallos, tu crueldad y tu ego nunca me supusieron un problema, porque sabía ver cómo eras.
Ahora simplemente no lo veo, es como estar ciego cuando estoy a tu lado.

Y ahora mismo, lo que sea de nosotros depende de mi mano. Un día mi mano podría sujetar unas tijeras afiladas -afiladas, afiladas como tus palabras- y podría cortar los cables. Esos cables que nos unen, los que me transmitían tus palabras, tu afecto y tu calor. Pero si los corto, todo se acabará.

Porque...seamos realistas. Tú y yo no volveremos a ser nunca como éramos al principio.
Pero aun puedes dar marcha atrás.

Si tomas mi mano como solías hacer, yo soltaré las tijeras. Los cables seguirán conectándonos, quizás con la misma intensidad que antes.
Pero si te alejas no dudaré ni un segundo en cortar.

Cortaré lo que nos queda.