jueves, 1 de septiembre de 2011

#7. Pride


[Dino Cavallone x Hibari Kyoya --->Katekyo Hitman Reborn]
Tú lo sabes bien, sabes bien por qué te asusta tanto en cierto modo tenerle a tu lado, acariciándote, besándote. Tú, carnívoro, siempre evitando a los humanos, nunca los has entendido. En parte rechazado por el resto, en parte te lo buscabas tú mismo, tú y tu estúpida manía de no intentar comprender.
Y claro, cuando él está frente a ti, no sabes cómo actuar como haces con el resto. Porque él parece saber exactamente qué se cruza por tu mente, sabe cómo domarte y tratar contigo hasta que tú, que siempre te has preocupado por demostrar que eres como una pantera furiosa y hambrienta, quedas reducido al nivel de un pequeño gato doméstico.
Tú, por supuesto, no lo sabes, pero él es capaz de todo eso porque es (quizás) la única persona que se ha preocupado alguna vez por comprender tu complicada y maltratada mente, es la única persona que te quiere. Porque tu madre está muerta y tú padre quién sabe.
Pero él no tarda en aprender qué hacer para que te sientas cómodo e inconscientemente su presencia y en algún momento la cercanía y confianza con la que te trata se convierte en algo normal para ti.
¿Cuándo habéis llegado a donde estáis? ¿A esta dolorosa pero reconfortante relación de enamorados? (Aunque a ti te cueste admitirlo, estás enamorado y él se encarga de recordártelo con sus palabras bonitas.)
Siempre te llamó la atención por ser el único hasta el momento en haberte derrotado, aparte de ese Mukuro. Pero él no cuenta porque la diferencia entre ellos dos es que un día te encargarás de matar a Mukuro con tus propias manos, y a Cavallone solo le derrotarás para demostrar tu fuerza, porque tú no lo sabes, pero quieres que se sienta orgulloso de ti. Tú no entiendes esa guerra de emociones, pero desde que le conociste no ha parado de retumbar en tu interior.
Siempre te has preguntado por qué es lo suficientemente especial como para que despierte tu interés. Porque, Hibari Kyoya, eso es interés por mucho que te niegues a admitirlo. ¿Por qué no lo admites de una vez? ¿Por qué no admites que le necesitas para que te diga un par de palabras que te tranquilicen y que te recuerden que la vida no es tan cruel como la pintas?
Oh cierto, tu orgullo. Ese orgullo que un día te hará perderlo todo.
Pero, ¿quién sabe? Dino Cavallone sabe lidiar con tu orgullo, ¿por qué no le dejas que te ayude? Oh, pues claro. Tú, carnívoro, no necesitas su ayuda. Pero agradeces cada minuto de caricias y besos, y aunque no se lo hagas saber él te ama tanto que sabe cómo descifrar todas y cada una de tus reacciones. A veces piensas en lo fuerte y persistente que es, y lo agradeces en el fondo, muy muy en el fondo.
Palabras bonitas rara vez escaparán de tu boca, pero él no las necesita porque se conforma con poder sentir tu presencia, con poder sentir tu piel fundirse con la suya en esas interminables noches tumbados en la cama, (desnudos, con los dedos entrelazados y esas respiraciones serenas) en las que pasáis horas enteras mirándoos a los ojos. Tú caes siempre primero ante el sueño, es algo inevitable una vez llega el momento en el que alza una mano y te acaricia el cabello, las sienes, la mandíbula y las mejillas. Pero cuando comienza a masajear tu nuca es cuando empiezas a quedarte dormido. En cuanto cierras los ojos usa la mano que acaricia tu nuca para atraerte hacia su pecho con cuidado, y la otra la pasa por tu cintura de manera posesiva.
En esos momentos es cuando piensas que la vida no es tan mala, y que cuando Cavallone esté profundamente dormido a escasos centímetros de ti, quizás te permitirás susurrar alguna palabra bonita, porque quizás él se merece algo más después de tragarse tus insultos, golpes e inevitablemente, tu orgullo.

---------
[Querida inspiración, te agradecería que no vinieses a mí a las 4 de la mañana cuando tengo que madrugar y levantarme dentro de unas pocas horas, gracias.]